lunes, 6 de abril de 2020

El viento.

Me remito a aquel día
que oí la fuerza del viento,
en La Rábita sería,
que estuve allí ese tiempo.
Jamás lo había escuchado,
me sorprendió su crudeza,
con todo mi pelo alzado,
a pesar de su grandeza,
Esta fué la única vez,
no ha habido otra alguna
y, ahora, en mi vejez
la destaco, con locura.
Os sorprendereis quizás,
la sorprendida fuí yo,
que no anduve al compás
del aire, que me tumbó.
Añoranza escondida,
que no sé por qué razón,
ha salido de mi vida
y ha abierto mi corazón
a tiempos de mi niñez,
que fueron muy dadivosos,
tantos, una y otra vez,
sin duda, los mas hermosos.

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