Somos como los payasos,
en un ambiente circense,
que vimos en muchos casos,
bonitos y sonrientes.
Con las caras muy pintadas,
de distinto colorido
y las bocas coloradas,
de rito extravertido.
Sea como sea, su talante,
su única condición,
será la risa constante,
tanto si le gusta, o nó..
Nosotros, tal como ellos,
nos sentimos obligados
a pegar los mismos sellos,
pero siempre enclaustrados.
Vivimos en las tinieblas,
oscurecidos, por tanto,
sin disiparse las nieblas,
preguntando:¿hasta cuando?
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