Esta luna tan hermosa,
que vemos de vez en cuando,
mucho mas explendorosa,
para que la siga amando.
Siempre la he distinguido,
como emblema del amor.,
muchas noches he vivido
buscando su resplandor.
Desde niña la gocé,
después, en mi juventud,
donde tanto disfruté
de su enorme gratitud,
Ella, me enseñó a amar
al lado de la corriente,
de las olas y del mar,
con su luz resplandeciente.
Una joya en mi camino,
que, antaño, la valoré,
en mj vida, en mi destino,
y siempre la adoraré.
Es un trato, invisible,
que existe entre las dos,
aunque, siempre, imperceptible
y lo será, hasta mi adiós.
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