de desgracias y alegrías,
equilibrado remedio,
disperso, según los días.
Hoy, me levanto con ansias
de "comerme" el mundo entero
y, valgan las circunstancias,
mi familia es lo primero.
Devengo las circunstancias,
para pensar en los míos,
con mis infinitas gracias
y mis pasados hastíos.
Todo aquello ya pasó
y yo vuelvo a sonreír,
el tedio, también, voló
y mi premisa, es vivir.
El alma, como intangible,
se merece mucho más
y el espíritu, que es libre,
no se rendiría jamás.
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