Lo póstumo de mi vida,
quiero creerlo distante,
aunque estuviese aterida,
mi situación es radiante.
Tengo el joven encendido,
todavía dentro del alma,
me falta mucho corrido,
pero me sobra la calma.
Necesito los regazos
que no puedo recibir,
sus besos y sus abrazos,
para poder resistir.
Sin ello, no voy a irme,
me lo impide mi cariño,
intentaré resistirme
y a paciencia me ciño.
Mientras tanto, me rodeo
de sueños y subterfugios,
solo así, yo me recreo,
sin el virus y sus perjuicios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario