Soñar...

Esta noche, pude verlas,
en el mar con sus riquezas,
los corales y las perlas,
con otras tantas bellezas.
Me subyugaban las algas
y los peces de colores,
con sus aletas muy largas
y de excelentes sabores.
Si los sueños, sueños son,
me obcecó la sirenita,
con su elegancia y su don,
al mostrarse tan bonita.
Su piel, tan sugerente:
azul, verde, colorado...
y su cola reluciente,
de diamantes adornado.
Una visión admirable
que, con gracia, me sedujo,
altamente encomiable
que, al momento, se introdujo
en su habitat, la mar,
con estruendoso oleaje,
que a cualquiera hacía soñar.
¿Era un plácido paraje!