sábado, 21 de febrero de 2015

Aventura.

No ignoro que me quieres y que te quiero yo
y que ahora te encuentras, quizás agradecido,
por ese gran cariño, que Dios nos otorgó,
totalmente felices de habernos conocido.
Por eso, damos gracias a quien  nos presentó
a ese destino extraño, por todos presentido,
que unas veces se esconde y otras, en cambio, no
y que, en esta ocasión, nos ha favorecido.
También, tú y yo, sabemos que nos está vedado
querernos a las claras. Tenemos que ocultar
nuestro amor a las gentes, cual si fuera un pecado,
debemos disfrazarlo para continuar.
Porque así te lo exige la vida que has llevado.
Por sentirte cobarde, no puedes renunciar
a un antiguo contrato, que está ya caducado,
pero que, por prejuicios, no puedes orillar.
Yo presiento, por so, que lo nuestro se acaba,
porque le falta base para su sujeción,
la base que da luz, que sin ella se apaga,
que proporciona llama, para su protección.
Es por ese motivo, también, que yo estoy triste
y esa tristeza inmensa, se apodera  de mí,
de una forma indirecta. Tú responsable fuiste
de ese cambio tan  brusco, que nunca presentí,
pues, mi clara sonrisa, que tu bien conociste,
se ha trucado en un rictus, llamémosle, infeliz.
De ansiedad y nostalgia, mi alma confundiste
y, aunque vivo, no vivo, desde el día que te vi,
Debido a todo esto, lucho constantemente,
mi mente acosa, siempre, a mi fiel corazón
y esa lucha sangrienta, encarnecidamente,
destruye, poco a poco ese caparazón.
¿Que es mejor en la vida? me pregunta la mente.
¿Ser fiel a unos principios, o a la pasión amor?
Y, aunque lo pienso un poco, contesto de repente:
la palabra adecuada, es, sin duda, VALOR,
porque todo lo abarca y con él, se comprende,
todo lo que conduce a cualquier decisión.
Da fuerza, da coraje, su ímpetu patente,
arrolla, fuertemente, a la mayor pasión
Convencida, yo creo, que si el valor se acaba
y éste se necesita para poder amar
y que, si carecemos, de forma desgraciada,
de ese don, tan preciado, difícil de encontrar,
resulta que no amamos, poco, mucho, ni nada.
Por mera conclusión, a eso vengo a parar.
Así es, que me propongo, hoy, dar por terminada
nuestra aventura. Acaso. ¿qué se puede llamar?


No hay comentarios:

Publicar un comentario