jueves, 19 de febrero de 2015

Felicidad.

La felicidad existe,
pero no constantemente.
¿Por qué, por qué, en que consiste?
Intento estrujar mi mente.
Todos, siempre lo intentamos
y creemos conseguirla,
pero nos equivocamos,
al intentar perseguirla.
En mi niñez la encontré,
de forma continuada,
en el hogar que habité,
sosegada, relajada.
Entre nubes, subsistía.
Por mis padres, adorada,
la maldad desconocía,
la bondad me fue inculcada.
Mi inocencia respetaron,
con cariño e indulgencia
y jamás se olvidaron
de ayudarme en la docencia.
Crecí serena y madura,
altamente responsable
y entrelacé mi cordura,
con algún imponderable.
Así, otra etapa empezaba
y entrelazada viví
con un sol que titilaba
y así mi vida seguí
Circunstancias impensables,
se fueron acumulando,
a veces, incontrolables,
que las resolvía llorando.
Los años, fueron pasando,
entre risas y lamentos
mi niñez iba olvidando,
a pesar de mis intentos
por ser feliz, como antaño,
no lo pude conseguir,
continuada, sin daño
y así tuve que seguir.
No niego que fui feliz,
en diversas ocasiones,
sin dejarme la raíz
de tan gratas sensaciones.
Lo normal, es la alternancia,
entre dicha y sufrimiento
y, solamente, la infancia
disfruta en todo momento.

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