domingo, 9 de agosto de 2015

Bienestar.

Cuando estas agradecida,
al estado de tu vida,
lo asimila el corazón,
llenándolo de ilusión.
Su tic tac, acompasado,
te recuerda que ha sonado
la campana del amor.
La hora mas apetecida,
la mas dulce y perseguida,
con ánimos de aclarar,
a donde quieres llegar.
Te regenera el sentido,
si es que estuvo adormecido,
por desengaño o dolor.
Para seguir adelante,
sin querer tirar el guante,
porque el aire que respiras,
te empuja hacia unas miras,
sencillas, aunque gozosas,
donde el olor de las rosas,
te apetece respirar.
Es tan dulce, refrescante
y, por demás, relajante,
que te ayuda a orillar
la incógnita del azar.
Te refresca el rocío,
ya no estás en el vacío,
por tu forma de actuar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario