jueves, 20 de agosto de 2015

Tropezón.

El otro día, tropecé,
con un escollo, otra vez,
son muchos, acaso, diez,
e ignoro cómo y por qué.
Nunca, lo puedo orillar,
aunque lo intento, no obstante,
es un desliz humillante,
que no debo provocar.
Pero, siempre, me molesta,
tantas veces tropezar.
Lo debiera controlar,
pero, sin duda, me cuesta.
Esta, es una lección,
para tener mas cuidado
y caminar mas pausado,
con máxima precaución.
De ahora, en adelante,
procuraré ser mas cauta
y prevenir, pauta a pauta,
el momento, el instante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario