miércoles, 22 de octubre de 2014

Defraudada.

Hoy, estoy triste, tan triste,
que llorar sería un placer.
No puedo reír, ni existe
motivo, a mi parecer.
que atenúe lo que hiciste.
Jamas, hubiera creído,
que te habrías de comportar
de esa manera, que ha sido
extraña en ti, tan vulgar
y que mucho me ha dolido.
Te tenía conceptuada,
muy alta, en grado tal,
que aparecías encumbrada,
encima de un pedestal,
por demás considerada.
Por tu acción, has descendido,
sin querer, en mi concepto.
Francamente, me has herido,
al conocer otro aspecto,
de amistad, desconocido.
Creo, que nunca te he fallado,
por eso, de ti, esperaba,
que me hubieras igualado.
Equivocada, yo estaba;
de ahí, que me has defraudado.
Mucho me complacería,
volverte a considerar,
de la forma que lo hacía.
Para ello, he de esperar:
que se me olvide este día.
          *******
Este abanico, lo pinté ayer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario