jueves, 9 de octubre de 2014

Penuria.

¡Dar de comer al hambriento!
Es una frase divina,
pero, en el fondo, presiento
que, aunque al bien nos conmina,
son pocos los que la acatan.
Los ricos, con sus placeres,
con los míseros no tratan
y, los consideran seres
sucios, necios, despreciables
les repugna su pobreza
y, como son insaciables,
de poder y de riqueza,
les domina la ambición.
"Tanto tienes, tanto vales".
Exentos de compasión,
no reparan en sus males.
El pobre que, apenas, puede
cubrir sus necesidades,
dentro de su hogar, su sede
y sin posibilidades,
echa la vista hacia atrás.
El, quisiera compartir
su hacienda, con los demás,
mas ¿como podría vivir?.
No se puede conjugar
ni en el pobre,ni en el rico,
un medio, para paliar
esa penuria, que indico.


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