Cuando me encuentro contigo,
no sé bien lo que me pasa,
siento un alivio interior,
siento paz y siento calma,
se acaban todos mis males
y se relaja mi alma.
Porque tú, me das amor,
me das comprensión, consuelo,
te interesas por mis cosas,
sin hacer ningún esfuerzo.
Si mis ojos se humedecen,
los secas con tu pañuelo.
Y tu amor y tu bondad,
que impartes, a todas horas,
son un sedante a mi espíritu,
con los que me reconfortas.
Y, cuando estoy a tu lado,
todo lo demás no importa.
Cuando te alejas de mí,
me siento desamparada,
empequeñecida, pobre,
como si no respirara.
¡Nunca hubiera imaginado,
tanto te necesitara!
No hay comentarios:
Publicar un comentario