sábado, 7 de diciembre de 2013

Corazón cansado.

Si mi corazón late, lo bendigo,
ya sea deprisa, o pausadamente,
lo importante es que sea constantemente
que se apiade de mí, que esté conmigo.

Quiero permanecer, siempre, a su abrigo,
mientras la luz ilumine mi frente
y de clarividencia a mi mente,
es, lo que, con vehemencia, yo persigo.

Si mis miembros quedaran desvalidos,
o mi cerebro perdiera la razón,
provocando lamentos y quejidos,

no insistas, por más tiempo, corazón,
interrumpe, por siempre, tus latidos,
y aplaudiré, con fuerza, tu actuación.

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