jueves, 13 de febrero de 2014

No siento.

Me estremezco, sintiendo que no siento.
Mi interior, está hueco, está vacío,
como si todo lo arrasase el viento,
huracanado, enormemente, frío.
Supe de las tristezas  y alegrías,
que la vida nos proporciona tanto,
pero, después, llegaron muchos días,
que no supe reir, sumida en llanto.
Agotadas las lágrimas, pedía:
un poco de consuelo, simplemente,
gritando, pero, nadie me oía.
Perdí la calma y enturbié mi mente.

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