Me estremezco, sintiendo que no siento.
Mi interior, está hueco, está vacío,
como si todo lo arrasase el viento,
huracanado, enormemente, frío.
Supe de las tristezas y alegrías,
que la vida nos proporciona tanto,
pero, después, llegaron muchos días,
que no supe reir, sumida en llanto.
Agotadas las lágrimas, pedía:
un poco de consuelo, simplemente,
gritando, pero, nadie me oía.
Perdí la calma y enturbié mi mente.
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