Supe de ti, cuando ya no quería,
ni verte, ni escucharte, ni quererte.
Te busqué tantos años, día, a día,
para evitar olvidarte y perderte,
que maté, por completo, la ilusión.
Después, de tanto tiempo transcurrido,
endurecí, por tanto, el corazón
y te tengo archivado, en el olvido.
Aléjate, olvídate de mi,
escóndete, otra vez, como lo hiciste.
Si, entonces, te busqué, lloré y sufrí,
hoy, llora tú. Al final, me perdiste.
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