miércoles, 19 de febrero de 2014

Una rosa.

Año, tras año, conservo la ilusión,
que me hace sentir muy orgullosa:
la de materializar, en una rosa,
una arraigada y bella tradición.
Impaciente, espero ese momento,
con la misma ilusión de la niñez,
como si fuera la primera vez,
henchida tengo el alma de contento.
Porque se, que su símbolo es amor
y me gusta sentirme muy querida,
el mejor sentimiento de la vida.
¡Bendita sea, la perfumada flor!

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