Voy a contarte un secreto,
que se merece respeto,
ya que, a nadie lo he contado,
porque vergüenza me ha dado.
A ti, mi querida hermana,
en esta hermosa mañana,
mi corazón voy a abrir:
Te explicaré la verdad,
pues, tu cariño y bondad,
comprenderme intentarán
y consuelo me darán,
en tan amargos momentos
y ahuyentarás mis tormentos,
para que pueda vivir,
en esta, preciosa, villa,
lejos de esta pesadilla,
que, día a día, constantemente,
crea gran pesar en mi mente
y, creo, que voy a enfermar,
por mi forma de enfocar,
tan delicada cuestión.
¿Como resolver mis dudas?
Necesito que acudas,
prontamente, a visitar,
a Diego, para entregar,
la misiva que te doy
y pueda recibir, hoy,
certeza, contestación.
Ya no puedo aguantar más,
quiero saber: qué hay detrás,
de este complejo entramado
y saber si me ha engañado,
o es un bulo de la gente,
que a mi afecta, solamente.
Quiero saber: si me quiere,
o se ha cansado de mí.
Si, el amor que yo le di,
está latente en su pecho
y, ésto, creo, me da derecho,
a saberlo, preguntarlo
y, si es así, pregonarlo,
a viva voz, donde fuere.
Vete ya, no te entretengas,
para que, enseguida, vengas
a, de ello, darme razón,
pues, me duele el corazón
y, creo que voy a morir.
Así no puedo vivir,
las dudas, me matarán.
Ya vuelve, vuelve con él,
intuyo, que ha sido fiel,
al amor que nos juramos,
que, él y yo, ambos, estamos,
rebosantes de pasión.
Ha de ser difamación
y, a su cauce, volverá,
nuestra dicha, compartida,
que creía ya perdida.
Sus besos me curarán
y nuestras almas serán,
espejo de nuestro amor,
con idéntico fervor
y con la misma ilusión.
Ya, me abraza, dulcemente
y, con sudor en su frente
y sonrojado el semblante,
con dulce voz, arrogante,
me jura su amor eterno.
Ya se acabó nuestro infierno.
Bendigo este colofón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario