martes, 25 de marzo de 2014

Imaginación.

En un árbol, veo tu cara
y, en las nubes, tu figura,
por dondequiera que vaya,
te vislumbro bella y pura.
Si cojo una rosa, veo,
que sus pétalos son bellos,
como tu cutis y, creo,
tan suave como ellos.
Y, mientras estoy fumando,
me recreo con el humo
y, con él, voy dibujando
tus rasgos, uno por uno.
También, en la oscuridad,
parce un contrasentido,
aprecio, con claridad,
tu semblante, tan querido.
Veo tu lánguida mirada,
puesta en mí, con ilusión,
tan feliz y enamorada,
que me roba el corazón.
Tu nariz, tan "respingona"
da una alegría, singular,
a tu rostro, que pregona,
tu simpatía, sin igual.
Y, en mi imaginación,
dibujo tus labios, rojos,
capto toda tu expresión,
que merecen mis elogios.
Pero, lo que más me gusta,
de cuanto concierne a ti,
es tu interior, que se ajusta,
como anillo al dedo, a mí.  

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