Cuando el alma se siente resentida,
por pequeñas cuestiones, nimiedades,
por no poder basarse en realidades,
le parece sentirse incomprendida.
Es la motivación tan escondida,
incapaz de aclarar las cualidades
del alma, con sus mentís y verdades,
que engloban el misterio de la vida.
Sólo un alma, gemela en sentimientos,
se vería, quizás, capacitada,
para ahondar, llegar a los cimientos.
De esta forma, se vería liberada,
de esa especie de leves sufrimientos,
comprendida y, a la vez, consolada.
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