miércoles, 2 de julio de 2014

Caricias.

Cuando tu me acaricias, suavemente,
mis sentidos se enervan, se estremecen.
Tus manos, delicadas, me parecen,
un susurro del mar, en el ambiente.

Soy feliz con tu amor y soy consciente,
de que tus atenciones se merecen
correspondencia y, por eso, crecen
mis ansias de querer, constantemente.

A tus manos, le haría un monumento,
por su exquisita sensibilidad,
las besaría, en todo  momento.

Porque me infunden paz, tranquilidad.
Todas las emociones que yo siento,
a ellas se las debo, en realidad.

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