martes, 15 de julio de 2014

Yo supe...

Yo supe de tu amor embravecido,
de tus celos, confusos y violentos,
de tu pasión, desmesurada, ardiente,
de tus continuas risas y lamentos,
que me martillearon, fuertemente.

Supe, también, vibrar de sensaciones
dispares, pero, todas enlazadas
por un nudo, que me apretaba fuerte
y contenía mis quejas reiteradas,
hacia ese azar, al que llamamos suerte.

Supe del odio, venciendo al amor
y por qué éste no se eterniza,
por qué se deteriora la bondad,
por qué todo se reduce a ceniza
y se oscurece la diafanidad.

Y supe tantas cosas que no quise,
que quise detener mis inquietudes,
para acabar con esas experiencias,
exentas, totalmente, de virtudes,
que todos conocemos por vivencias.

Si poder es querer, esto no pude
y sigo recordando aquel pasado,
a pesar de luchar por olvidarlo
y de decirme que todo ha acabado
e insistir, cada día, en enterrarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario