Aprovecho este momento,
que me siento inspirada,
para contarte un cuento,
de una bruja y de un hada.
Esta última, encontró,
en un bosque, una ranita
y, enseguida, comprendió,
porque era muy "pesiosita",
que aquella bruja, perversa,
que se llamaba Calixta,
estando, en su mal, inmersa,
considerándose lista,
a una princesa embrujó,
pero el hada, bondadosa,
pronto, la desencantó
y apareció, ruborosa,
una joven, muy hermosa,
hija de un rey, poderoso,
que, siempre, no hizo otra cosa,
mas que buscarla, lloroso,
Cuando el hada la llevó,
a palacio, urgentemente,
el rey la reconoció
y la besó, dulcemente.
La bruja fué castigada,
como bien e merecía
y, en la mazmorra, encerrada,
jamás vió la luz del día.
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