miércoles, 9 de octubre de 2013

La espera

Quién espera, desespera,
se repite, vulgarmente,
mas, solamente se entera
el que, de verdad, espera
y más, impacientemente.
Hoy, me encuentro yo esperando
la llegada de mi amor,
los minutos voy contando,
bien pendiente del reloj,
que muy despacio va andando.
Es una angustia mortal,
que me ahoga, me aprisiona.
No he conocido otro mal,
de un efecto tan fatal,
con respecto a mi persona.
Porque aumenta mi ansiedad,
con ritmo vertiginoso,
vivo sin tranquilidad,
de verdad, es horroroso
perder la animosidad.
Y, la duda, me atormenta,
de si vendrá o no vendrá,
mientras voy sacando cuenta
de donde se encontrará
y el motivo de su ausencia.
Y si, tal vez, has sentido
esa angustia que yo siento,
mi estado habrás comprendido
y, también, dirás conmigo,
que esperar es un tormento.

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