El cielo, el mar, la luna, tú,
el brillo de tus ojos,
tu semblante, sereno,
tus caricias, suaves,
el temblor de tus manos
y tu sonrisa, triste.....,
me estremecen a mí.
Tu ansiedad , contenida
y tus largos suspiros,
tus súplicas, calladas,
las luchas que tu alma
debate por mi amor.
Tus sueños, intranquilos,
me preocupan a mí
.
Y tus cálidas lágrimas
que, oprimiéndote el pecho,
resbalan por tu cara,
abrasándote el alma,
como si fueras niño,
aún siendo tan viril,
me conmueven a mí.
Te has adentrado tanto
en mi escabrosa vida,
de una manera cauta,
apenas, sin pensar,
que se han ido mezclando
tu querer con el mío,
para aturdirme a mí.
Yo no quise quererte,
me resistía, con fuerza,
a volver a querer,
pues mis recuerdos, tristes,
de amores fracasados,
no me predispusieron
a volver a sentir.
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