domingo, 1 de junio de 2014

Atardecer.


Cuando el cielo está encendido,
por los rayos del sol, cuando atardece,
esa belleza, que admiramos, crece,
hasta el punto de nublar el sentido.

De esa visualidad, que ha aparecido
en ese marco azul, que se enrojece
y, ese embelesamiento, se merece
un elogio, callado y escondido.

Pero, repleto de un inmenso amor,
hacia ese Ser, que supo conjugar,
magistralmente, la luz y el color.

Para enternecernos y admirar,
enormemente, el magno esplendor
que, a la naturaleza, supo dar.






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