jueves, 12 de junio de 2014

Resplandor de la luna.

Cuantas veces nos deslumbra,
de la luna, el resplandor
y ese brillo, en la penumbra,
nos enciende nuestro amor.
Símbolo de la pasión,
su embrujo nos estremece,
fomenta nuestra ilusión
y, a la vez, nos enternece.
Si la luna se refleja,
en una noche serena,
en la mar, ella nos deja
libres de dolor, de pena.
Esta, tan bella visión,
nos transporta hacia el cielo,
nos ensancha el corazón,
nos da paz, nos da consuelo.

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