En silencio, de amor, puedo temblar,
a pesar de no ser correspondido,
ni siquiera, mi corazón, herido,
ha sabido ese amor manifestar.
Por cobardía, no supe declarar
la importancia que tiene y ha tenido,
solo se que es el ser más querido,
al que, jamás, dejaré de adorar.
Es tan dulce, tan tierna y vaporosa,
que la veo distante, inalcanzable,
se parece a una estrella luminosa,
que brilla, día y noche, incansable.
No merezco su amor, ¡es tan hermosa!,
cual un ser celestial. ¡Es adorable!
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