Hace un año, que te vi,
que te miré y me miraste,
que, en tus redes, me envolví
y, en las mías, tú te enredaste.
¡Quien hubiera imaginado
que, en el autobús, al vernos,
que, "lo nuestro", había empezado,
nada más, al conocernos.
Nuestro encuentro, casual,
providencial y curioso,
aparte se original,
tuvo mucho de gracioso.
pues, todavía, me sonrío,
penando en la situación,
de los dos, entre el gentío,
hasta abordar la cuestión.
"Donde baje, bajaré,
dijiste en tono formal.
"Quizá sí", te contesté,
"lo veremos al bajar.
Y lo vimos, si señor.
Sin llegar a tu destino,
te apeaste, cuando yo,
para seguir mi camino.
Y, después de un año, ya,
entre llantos y alegrías,
no hemos parado de andar,
con las manos muy cogidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario