miércoles, 6 de noviembre de 2013

Engaño.

Como el viento lacera las espigas,
despiadado, siguiendo su camino,
tú, también,, con tus actos, me castigas,
al seguir, lo que llamas, tu destino.
Y, como él, sueles entrar en calma,
olvidando lo que fuera violencia,
mas ¡ay!, tropezaste con un alma
y esa es la tremenda diferencia.
Ser o no ser, poseer o carecer,
están dotados de sensibilidad ,
o no estarlo, nos pueden parecer
normales, dentro de una realidad.
Pero, un abismo existe entre los dos,
que ha roto, sin remedio, nuestro amor.
Tú y tu infidelidad, marcháis en pos,
yo quedo con tu engaño y mi dolor.

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