El paso de los años, me entristece,
sobre todo, llegando a la vejez,
se anquilosan los miembros y, a la vez,
todo nuestro organismo se estremece.
Solo el tiempo pasado nos parece
importante, merecedor de un diez.
Nos asusta el futuro y nuestra tez,
pierde brillo, se aja, se ensombrece.
Valoramos, sobre todo, la vida,
que se escapa, a gran velocidad.
Añoramos la juventud perdida.
Reacios a aceptar la realidad:
el final de una etapa vencida,
por los años vividos, por la edad.
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