Otro idilio se acabó,
que nunca debió empezar.
Como el amor no empezó,
no se ha podido acabar.
Yo creí que podría amarte
y, por eso, lo inicié
y de aquel tiempo a esta parte,
mucho, mucho, porfié.
Fue como una obligación,
la que me quise imponer,
más, ¡ay!, con el corazón,
eso no se puede hacer.
Pero, puedo asegurarte,
que lo intenté, con tesón,
ya más no puedo engañarte,
ha imperado la razón.
He visto, con claridad,
que jamás llegaré a amarte,
aunque es cruda la verdad,
eso debo confesarte.
Mucho me duele saber,
que he herido tus sentimientos,
mas, considero un deber,
ser fiel a mis pensamientos.
Y te digo, con dolor,
que te alejes de mi vida;
es por el bien de los dos,
que he tomado esta medida.
Porque, en cosas del amor,
las medianías no ganan
y, llego a la conclusión:
de que ha de ser: todo, o nada.
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