Estoy tan triste y tan compungida,
que no acierto a explicar mi dolor.
¡Tanta entrega me diste, tanto amor,
que colmaron de placer mi vida!
Ya vagaré sin rumbo, iré perdida,
solo sombras veré a mi alrededor.
Me faltará tu aliento, tu calor.
Viviré ya, por siempre, entristecida.
Solo el rezo me podrá consolar
y el recuerdo de las horas vividas,
junto a ti, que me hicieron gozar.
Quizá, en el "Mas Allá", sean nuestras vidas,
capaces de volverse a encontrar
y, por siempre, permanecer unidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario