El viento, me susurra,, dulcemente,
tu nombre y me habla del pasado,
de ese pasado alegre y añorado,
que grabé en mi memoria, en mi mente.
Recuerdo, como si fuera presente,
tu imagen y tu rostro, enamorado,
besando, dulce y apasionado,
mis labios, mis mejillas y mi frente.
Fué la mejor etapa de mi vida,
la más tierna, entrañable y hermosa
y, por tanto, también, la más querida.
De sentimiento, mi alma rebosa
y lloro la felicidad perdida,
que yace bajo el peso de la losa.
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