Tu mirada me entristece,
porque veo reflejado
tu dolor y me parece,
que estás solo, abandonado.
¿Por qué esa amarga existencia?
¿Por qué se ha de permitir
esa falta de conciencia,
que origina un mal vivir?
¿Acaso, tú mereciste
esa vida vejatoria,
si eres bueno y nada hiciste,
para estar en esta escoria?
Injusto es, así tratar
a un niño, que ha merecido
ser feliz, para alcanzar
el amor desconocido.
Nadie, te tiende una mano,
para del cieno apartarte
y te debates, en vano,
porque nadie quiere amarte.
Sueñas con una caricia,
que devolverías, con creces,
pero, ves que no hay justicia
y lloras y te entristeces.
Quiera Dios, que haya un camino
para salir de tu estado,
no vale, "ese es tu sino"
y te sientas resignado.
Sin pretenderlo, nacemos.
Nadie nos pidió permiso
y, por tanto, merecemos
un camino llano y liso.
Si se pudiera elegir,
tu no hubieras elegido
nacer, mejor no existir
y no vivir lo vivido.
Y, llego a la conclusión,
de que eres merecedor
de otra vida, en mi opinión,
más justa, mucho mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario