martes, 30 de septiembre de 2014

Tormenta.

Amaneció, aquel día,
con nubarrones, oscuro
y triste, en demasía,
aunque, su ambiente era puro.
Al descargar la tormenta,
como no iba preparada
y, casi, sin darme cuenta,
quedé mojada, empapada.
Con mi aspecto singular,
me sentía agradecida
al agua, por resbalar
por mi cuerpo y, divertida,
al cielo me dirigí,
con la extraña sensación,
que, antaño, jamás viví
y me llenó de emoción.
          *****
Hoy, la he compuesto.
          *****

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