¡Como recuerdo aquel tiempo,
a pesar de que murió!
¡Como voy envejeciendo
y, recordando, viviendo,
pensando sólo en los dos!
¡Cuantas cosas han pasado,
desde aquel aciago día!
¡Como mi vida ha cambiado!
¡Quien hubiera imaginado,
lo que nos separaría!
Intentaré organizar
las ideas de mi mente
y, organizadas, narrar,
de forma muy natural,
los hechos, escuetamente.
Mas, hay un lapso de tiempo,
en el que solo grabé:
tristeza, decaimiento,
lágrimas y sufrimiento,
por lo mucho que te amé.
Después, intento olvidarte,
te culpo por abandono,
no ceso de reprocharte,
por el mal que me causaste,
pero, al final, te perdono
y trato de encaminar
mi vida, hacia otro sendero
y no ceso de luchar,
para poderte olvidar,
tan solo, a eso me entrego.
Deseo, imperiosamente,
anudar estrechos lazos,
que me opriman, fuertemente,
quiero vibrar, nuevamente,
refugiada en otros brazos.
Y, esos brazos, se me tienden,
con extremado cariño,
mas, mis sentidos no entienden,
por qué mi mente pretende,
engañarme como a un niño.
Y me esfuerzo en aceptar,
todo ese amor que me entregan,
que es, quizás, al comparar,
en cantidad, mucho más,
de lo que tú, a mi, me dieras.
Pero, el esfuerzo se acaba
y reacciono enfurecida,
al comprobar que se apaga,
esa nueva y falsa llama,
que creí ver encendida.
Luego, lo vuelvo a intentar,
bien predispuesta, animada,
me esfuerzo por encontrar,
"otro alguien", para amar,
pero, salgo defraudada.
Quizá, por esa razón,
por mostrarme intransigente,
por no poner corazón,
siempre, tengo, a la sazón,
uno, o varios pretendientes,
que me miman, me persiguen
y se preocupan por mí,
pero, en verdad, no consiguen
que mi corazón abrigue,
aquel amor que te dí.
¡Que complicada es la vida,
que difícil saber dar,
réplica a o que te pida
y sentirte comprendida,
en el gran arte de amar!
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