Yo, considero un deber
expresarte lo que siento,
para que puedas tener,
de todo, conocimiento.
No sé, si te has percatado,
por mi forma de actuar,
de lo mal que me ha sentado,
lo que voy a comentar.
En principio, quiero hablar
de mi forma de sentir,
mi intención no es reprochar,
sino, más bien, corregir.
Conoces mis pensamientos
y no puedes ignorar
cuales son mis sentimientos,
mi gran sensibilidad.
Capto, con gran precisión,
el más pequeño detalle,
que me llega al corazón,
aunque no lo exprese y calle.
Ya que, en varias ocasiones,
he llamado tu atención,
por simples apreciaciones,
que han creado confusión.
Respecto a la dignidad,
creí nota habías tomado,
esta es la pura verdad,
más, veo, no lo has anotado.
Porque, ayer, fue repetida
una escena semejante
y, mi dignidad herida,
se conduele, en ese instante.
No sé, si te mueve a ello,
la falta de urbanidad,
o si provocar mis celos,
o es tu personalidad.
Pero, lo que sí sé, cierto,
es que no puedo encajar,
ni tan siquiera un momento,
esa forma de actuar.
Piensa en el caso, al revés
sitúate en mi lugar
y, así, podrás comprender,
lo que yo puedo opinar.
Pues, si quisiera, yo sé
como te pudiera herir,
sin embargo, no lo haré,
como venganza hacia ti.
Lo que hago, es llamamiento,
a tu razón, a tu mente:
cuida tu comportamiento
y tenlo, siempre, presente.
Si es que, de verdad, me quieres,
haz honor a tu sentir.
Te aconsejo que no esperes.
Empiézate a corregir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario