Es esta indecisión, la que me mata,
la que me hace sufrir en este trance,
pues, no consigo, aunque el tiempo pasa,
que la seguridad llegue a mi alcance.
Primero, creo, que puedes convertirte,
en ese amor, que todos soñamos
y me siento feliz, al ver que existe,
la compenetración que deseamos.
Y veo que el porvenir puede ser grato,
si caminamos hacia el mismo fin,
unidos, siempre, por el mismo lazo,
tú, pendiente de mí, yo, siguiéndote a tí.
Pero, luego, si surgen diferencias,
de las muchas que tienen los mortales,
unas veces, por simples preferencias,
otras veces, por cosas casuales,
me resisto a creer que llegue el día,,
en que puedas ganarme, totalmente
y es, entonces, cuando varía,
todo lo programado en mi mente.
Y me exijo amarte, de inmediato
y como, aún así, no lo consigo,
yo misma, a mi sentir, le llamo ingrato
y me resisto a seguir contigo.
De ahí, esta indecisión, de la que hablo,
que no puedo, aunque quiero, resolver.
Entre dudas y dudad, me debato
y me pregunto, siempre: ¿Qué he de hacer?
No hay comentarios:
Publicar un comentario