Nacho, mi nieto querido,
en verso, te quiero hablar
y, para eso, he cogido
la pluma, para empezar.
No sé si sabré escribir,
lo que quiero, en consonante,
si no habré de desistir,
aunque sea, con mal talante.
Sólo, en mi intento, has de ver
mi deseo e divertirte,
sobre todo, entretener
tu tiempo, para decirte:
que tu ausencia me entristece,
porque te siento distante,
mas, en el fondo, parece
que, aún, te tengo delante,
porque, a todas horas, veo
tu rostro y tu silueta
y, aunque no es así, yo creo,
que la distancia es discreta
y, en verdad, no me equivoco,
porque lo lejos no existe,
tardas mucho, o tardas poco,
depende de lo que diste.
Siempre, puedes alcanzar,
lo que quieras o pretendas,
hay medios para llegar,
hacia las diversas sendas.
Me enorgullece saber,
el motivo que te aleja:
cumplimiento del deber,
que no da lugar a queja.
Siempre, te he considerado:
sencillo, inteligente,
poco te lo he confesado
y, hoy, quiero hacerte patente:
mi orgullo, mi admiración,
para ti, querido nieto.
¡Me hace mucha ilusión,
considerarte: Completo!
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