La rutina, me agobia, me entristece.
Siempre, metida en el mismo pozo,
nada de lo que hago, me da gozo,
mi semblante, se aja, se entristece.
Un día a otro día, se parece,
avanzo sin llegar y siempre rozo,
lo que ayer proyecté, en un esbozo,
sin saber el por qué, ni a qué obedece.
¿Cómo salir de esta monotonía?
La costumbre, de mi, se ha apoderado,
olvidando vivir como vivía,
antes que tú vinieras a mi lado.
Me reprocho, toda la culpa es mía,
por no saber decir: ya se ha acabado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario