Me arranqué, como pude, aquel amor
y quedó sepultado en el olvido.
Me costó mucho esfuerzo y gran dolor,
destruir lo que tanto había querido.
Pensé que, ni un rescoldo, me quedaba,
de aquel fuego, que, casi, me quemó,
e intenté conquistar y conquistaba,
para probar que aquello se acabó.
Y, cuando parecía estar segura,
de que no estaba en mi pensamiento,
me doy cuenta que su imagen perdura,
que le recuerdo, en todo momento.
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