No sé si estoy cuerda, o loca,
cuando me dices te quiero,
o, si sale por tu boca:
quiéreme, que por ti muero.
Es una pasión, salvaje,
que, jamás, había sentido,
debido a un engranaje
perfecto, muy conseguido.
Esta doble conjunción
e intercambio de pasiones,
de mente y de corazón,
sin grietas, ni divisiones,
me lleva a considerar
la felicidad alcanzada,
por nuestra forma de amar,
en la lealtad basada.
En nuestra fidelidad,
que, con agrado, aceptamos.
Sólo impera la verdad,
la mentira rechazamos.
El egoísmo, no existe.
Para mi, él es primero
y él me repite e insiste,
que yo soy diez, sobre cero.
Aparte de nuestro amor,
nos une la comprensión,
en la alegría y el dolor,
en la mutua donación.
Hoy, me elevo al infinito,
para alabar al Señor,
una y otra vez, repito:
gracias, gracias, con fervor.
Si El nos enseñó a amar
y en amor yo fundamento
mi manera de actuar,
estoy cuerda, así lo siento.
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