A tus deseos, hago honor
y, por cierto, de buen grado,
ya que imprimiste calor,
al deseo manifestado,
como en el año anterior.
Pues se, que será acogida,
mi pobre composición,
con alegría, inmerecida
y una gran valoración,
al mismo tiempo, indebida.
Si no te he felicitado,
en la forma que me pides,
es, porque he considerado,
(con mi opinión no coincides)
que no fuera de tu agrado.
Mejor dicho, yo pensaba,
que no echarías a faltar
la poesía que te entregaba,
al irte a felicitar,
pero veo, me equivocaba.
Como sabia, rectifico,
sin serlo, claro, se entiende
y, aunque tarde, te dedico
esta poesía, que pretende
aclarar lo que ya indico.
Fuiste feliz, ya lo se,
en el día de tu Santo,
yo misma, lo constaté
y vi que lo fuiste tanto,
como, siempre, deseé.
Yo te prometo, no obstante,
que, en los años venideros,
me mostraré tan constante,
como en aquellos primeros.
¡Quedaba más elegante!
No hay comentarios:
Publicar un comentario