viernes, 1 de agosto de 2014

Apreciaciones.

No puedo entender por qué,
en análogas gestiones,
se hagan las apreciaciones,
distintas, al parecer,
pues, tratándose de ti,
todo tiene más cabida,
la meta es la perseguida,
imperando, siempre, el si
y, sin embargo, conmigo,
se alza la severidad,
desmenuzando "el fiscal",
que eres tu, lo que yo digo.
Son tus celos, infundados,
los que ven, siempre, motivo,
para negar lo que pido,
si bien, no malhumorado.
Y la misma cosa, en ti
la encuentras tan natural,
que no sabrías aceptar
una negación, de mi.
Esta manera de obrar,
por injusta, me subleva
y, en mi interior, se rebela
sentimiento de pesar.
¿Por qué no hemos de enfocar,
los asuntos de los dos,
bajo idéntico patrón,
si es la forma más cabal?
No debe haber egoísmo,
por ninguna de las partes,
pues, más temprano o más tarde,
se levantará un abismo,
que enturbiaría nuestro amor
y lo haría tambalear.
Lo debemos evitar,
con energía y con vigor.


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