Te conocí en situación extraña,
distinta de otras mas habituales,
como cuando, en la playa, el mar nos baña,
a impulsos de unas olas magistrales.
Sin quererlo, llegamos a encontrarnos,
en esta situación que nos hallamos.
Nuestra intención, quizá, era inclinarnos,
hacia el opuesto ángulo que vamos.
Pero, las circunstancias de la vida,
a su antojo, nos inclinan, nos mecen,
como la hoja, que al azar, caída,
de la rama del árbol, donde crecen.
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