Una historia viví, efectivamente,
repleta, por entero, de emociones,
sentidas, todas, tan intensamente,
que enervó, para siempre, mis tensiones.
Me enseñó, como nunca imaginara,
todas las experiencias del amor,
alguna de ellas, me resultó cara,
pues hirió, despiadada, mi interior.
Supe de la ignominia y la traición,
situando en el fondo la balanza
y hundiéndome, con saña, en la aflicción.
Así vi destruida una esperanza.
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