Tu estado, inamovible,
crea una inseguridad,
altamente comprensible,
por su enorme vaguedad,
pues, demuestra un interés,
si no nulo, harto escaso,
pendiente de ese después,
si es que llega, paso a paso.
Porque, tan despacio vas,
en tu extraño proceder,
que, la imagen que me das,
distinta pudiera ser,
de la que es, en realidad.
Un tema, que no se toca,
con la misma claridad
que otros, ni desemboca
en polémicas frecuentes.
Simplemente, se silencia,
sin motivos aparentes,
fruto de la negligencia,
pero está sin resolver
y, como todo problema,
pronto o tarde, debe ser,
solucionado el dilema.
Para ello, hay que exponerlo
y sentar unas premisas,
que ayuden a resolverlo
y que, deben ser, concisas.
Toda la vida, he pensado,
que no debe de dejarse,
por desidia, relegado,
un tema, sin preocuparse.
Y, además, para empezar
nueva vida, hay que salir
de la anterior, descartar,
entre dos fuegos, hervir.
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