¡Cuanto tiempo te estuve esperando!
Poco tiempo te estuve teniendo
y, aún así, con ese poco tiempo,
te grabé, para siempre, en mi pecho,
en mi pecho que está, hoy, sangrando.
Si es muy triste, esperar y esperar
y es alegre, querer y querer,
es más triste, volver a perder,
lo que tanto nos costó encontrar,
lo que, siempre, quisimos tener.
Porque, nunca, la mente podrá,
conseguir, aún luchando con fe,
que un idilio se pueda borrar,
que el recuerdo se pueda perder,
de ese amor, que nos hizo vibrar.
Y, si el tiempo puede mitigar,
el dolor de un amor que se fue,
esa herida, jamás, cerrará,
aunque sana pueda parecer,
siempre expuesta a volver a sangrar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario