Transcurrió todo, con lentitud.
Contemplé el mar, con embeleso
y mis recuerdos de juventud,
se remontaron hasta aquel beso.
Horas y horas, lo recordé.
Volví a vivir aquel instante
y, nuevamente, me percaté
que, todavía, te soy constante,
que sigo fiel a nuestro amor
y, jamás, nada me hará cambiar.
Estoy en paz con mi interior
y así quisiera continuar.
Fue realidad, no fantasía,
tan limpia, pura y tan hermosa,
que dudo mucho, que llegue el día,
que un nuevo amor, me haga dichosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario